si falta López falta justicia

si falta López falta justicia
detenido desaparecido el 18 de septiembre de 2006

Venimos trabajando desde el año 2006. Hoy somos un grupo de mujeres que encontramos en el arte un modo para reflexionar y operar sobre nuestra realidad, tomando diversas problemáticas políticas y sociales que nos convocan y nos interesan. El discurso artístico es el medio y el cuerpo la principal herramienta de ese discurso. A veces hacemos producciones coreográficas y otras, acciones más performáticas y agitativas, buscando la expresión y participación colectiva. Generalmente abordamos el espacio público como escenario o lugar de manifestación.
Armamos este blog para comunicar parte de nuestra actividad y para dar difusión a las producciones de otros artistas y grupos que trabajan desde un arte que se posiciona ideológicamente pero que también abre preguntas y posibilita diversas respuestas.
En ocasiones subimos textos nuestros o textos de otros que nos resultan interesantes, motivadores, y creemos que pueden aportar al debate y a la reflexión en torno al hacer artístico y a los contextos en que ese hacer se inscribe.
Pero como nuestro universo de acción no se limita solamente al ámbito artístico, en este espacio también informamos acerca de eventos políticos, sociales y culturales que consideramos importante divulgar y apoyar.
En este blog utilizamos fuentes de distintas procedencias, no nos sentimos atadas a una línea editorial en particular ya que como colectivo no pertenecemos a ninguna agrupación ni partido político.
Nos gustaría mucho que quienes visitan este sitio, nos dejen su opinión, comentario, crítica...

sábado, 9 de mayo de 2009

sobre Hoheisel


“El Arte de la Memoria - La Memoria del Arte”

Horst Hoheisel, artista alemán nacido en Poznan, Polonia, ha realizado obras en Kassel (“Aljibe Aschrott”), en los campos de exterminio Buchenwald (Alemania) y Mauthausen (Austria) y en Weimar (“Historia Triturada”). Ha creado un proyecto sobre la dictadura militar en Brasil, junto con Andreas Knitz, y ha trabajado con artistas de la Argentina, Chile y Brasil. Muestras de sus trabajos se exponen en el Yad Vashem, Israel (“Etched Voices, Artists and the Holocaust”) y en Washington, Estados Unidos (“The art of memory/the memory of art”). Es profesor visitante de la Universidad Bauhaus, Weimar (Alemania).

“La memoria no se manifiesta en forma clara y distinta. Titila, resplandece en momentos fugaces, balbucea. Con estas ideas comenzó Horst Hoheisel, en un español difícultoso que sin embargo no le restó elocuencia, su conferencia sobre Arte y Memoria en el auditorio del MALBA. Ya se había presentado un par de días antes en la Facultad de Filosofía y Letras, donde luego de su conferencia y las intervenciones de Andrea Giunta y Horacio González se produjo un intenso debate sobre políticas de la memoria y memoriales dedicados a las víctimas del terrorismo de Estado en la Argentina. Hoheisel opina y propone ideas desestructurantes, desafiantes tanto para el futuro de la ESMA como para el Parque de la Memoria, al que considera un proyecto fallido. "No me gusta, parece un cementerio de esculturas —sostiene—. Yo las sacaría todas, dejaría libre el terreno y desde la orilla proyectaría luz sobre el agua del río." Las formas siempre cambiantes del agua, esa agua donde fueron arrojados tantos cuerpos, se volverían así lugar de memoria y reflexión.
Los monumentos dicen mucho más de nosotros mismos que de las víctimas y su historia. A partir de esta certeza, Horst Hoheisel lleva casi dos décadas inventando, proponiendo y realizando "antimonumentos" o monumentos negativos como un nuevo y radical arte de la memoria. Cultiva una poética que se instala como una oposición meditada y sistemática a toda forma de autoritarismo y a la instrumentalización de la memoria con fines políticos inmediatos. Cosa difícil tratándose de intervenciones en el espacio público.
Hoheisel define sus obras como Denkezeichen: en alemán "marcas de la memoria" pero además espacios para la reflexión (Denk significa pensar, reflexionar). La palabra para monumento (Denkmal) implica, en cambio, pensar sólo una vez. La suya es una poética de silencios y susurros, relampagueos fugaces, pistas que atrapan la curiosidad para ransformarla en decubrimiento. Es que en la experiencia alemana, la imposición oficial de una política de la memoria impartida coercitivamente a los hijos de los victimarios —dice— ha tenido consecuencias nefastas y una cuota de responsabilidad en la emergencia de grupos neonazis. Grupos de los que Hoheisel ha recibido durante años amenazas de muerte....

Las intervenciones de Horst Hoheisel recurren al oído, al tacto, no sólo a la vista, para activar la memoria. Su propuesta es buscar y rescatar las huellas antes de que se terminen de desvanecer, en lugar de construir grandes moles de mármol y bronce. En 1995, junto con Andreas Knitz realizaron un "Memorial del memorial" en la celebración del 50 aniversario de la liberación de los prisioneros de Buchenwald: a partir de antiguas fotografías recuperaron la memoria de un obelisco de madera que, unos días después de ser liberados, los sobrevivientes colocaron en el lugar más siniestro del campo a la memoria de los muertos allí. Hoheisel y Knitz señalaron el lugar donde había estado ese obelisco, (que sólo duró tres semanas pues la madera se usó luego para hacer un podio y festejar el 1 de mayo) y colocaron en la entrada del campo una placa de acero inoxidable con el dibujo de aquel obelisco y la palabra "humano" repetida en todas las lenguas de las nacionalidades de las víctimas. Esa placa se mantiene constantemente, día y noche, invierno y verano, a 37 grados: la temperatura del cuerpo humano. "Es una señal muy sensible —explica—, la gente se arrodilla y la toca para sentir el calor. En los días fríos el aire vibra sólo en ese punto del lugar vacío. A veces se puede transformar el calor técnico en calor humano."
Hoheisel trabaja construyendo un universo de testigos. Sus intervenciones articulan las memorias individuales para reconstruir lazos que las vinculen en una causa común: que la memoria de los crímenes los haga irrepetibles, que el dolor de las víctimas se renueve en nosotros. ¿Qué va a ocurrir —se pregunta—. Se pregunta qué va a ocurrir cuando mueran el último sobreviviente y el último victimario del Holocausto?...
Muchas de las intervenciones "contramonumenrales" de Hoheisel son efímeras. Como el colocar a media asta la bandera chilena durante un partido de fútbol para recordar a los presos políticos asesinados allí durante la dictadura de Pinochet. O la proyección de la puerta de Auschwitz, durante una noche entera, sobre la puerta de Brandeburgo, en Berlín. ....

"Los monumentos están vivos mientras se discute sobre ellos —dice Hoheisel—. Una vez instalados, esas moles de mármol, bronce o concreto, por más grandes que sean se vuelven invisibles, se olvidan. Vuelven a estar vivos cuando se empieza a pensar en su demolición."
Fragmentos de una nota publicada en la revista Ñ -2006

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