La lucha política es también una batalla cultural
Entrevista al colectivo Insurgentes
“Si bien el encuentro se hace en septiembre (25 y 26) en cada provincia se están haciendo jornadas de debate y producción dado lo específico de cada contexto político, y con el objetivo de aprovechar el encuentro con un piso de discusión que no nos obligue a empezar de cero, para que no se agote en una mera socialización de prácticas”. Desde Insurgentes aclaran que en Córdoba al encuentro lo vienen construyendo con Cambalache Colectivo, Peperina Rebelde, entre otras organizaciones.
¿Que dinámicas tendrán las jornadas?
Las Jornadas tienen dinámica de taller, nos interesa discutir ejes centrales como lo son la apropiación del espacio público, la construcción de la propia historia, la construcción de prácticas contrahegemónicas, etc...Hay una parte de producción que está orientada a planear intervenciones colectivas.
¿Quienes pueden participar?
En las Jornadas pueden participar todos los interesados, hay una división de temas según la pertinencia o el interés que encuentren en cada taller, se trate de gente organizada o no en colectivos.
¿Que significado adquiere hoy decir “La calle es nuestra”?
La Calle es Nuestra pone sobre la mesa nuestra convicción que hoy la lucha política es también una batalla cultural y que por lo tanto el campo de la percepción es un campo de batalla. En una ciudad sitiada por significados hegemónicos (representado sobre todo en la publicidad callejera) creemos que dar la lucha en ese plano es estratégico y complejiza el escenario de la política. Atacar ciertos significados inscritos en la publicidad como filosofía del capitalismo, mostrar su lógica absurda, esquizofrénica, discute la legitimidad del sistema a la vez que propone una lógica de construcción contrahegemónica.
¿A su entender el arte puede aportar a fortalecer a los movimientos sociales y sus luchas?
Trabajar desde el arte y la cultura para nosotros radicaliza la lucha política, porque politiza espacios que aparentemente no lo son, y porque actualiza la potencia creativa y revolucionaria de la disputa política, la convicción de que ninguna lucha se instala siquiera sin una disputa por la subjetividad y la interpelación de sentidos y prácticas que atraviesan la lucha diaria. En ese sentido fortalece la disputa de los movimientos sociales, no porque les aporte "herramientas" sino porque el propio modo de hacer política de los movimientos sociales atiende a la cultura como una dimensión estructural.
Preencuentro Regional de Arte-Politica "La Calle es Nuestra" - Colectivo INSURGENTES